sábado, 15 de febrero de 2014

Desde abajo

Hablo por los oprimidos,
los que no tenemos voz,
los que siempre ya vencidos
vivimos nuestro dolor...

Y no se alzará nadie nunca
a salvar a un oprimido:
piensa que ese es su lugar,
el que se le ha concedido...

Bastante es que viva y calle
por no molestar al otro,
ese que vive contento
la vida en que tiene todo...

A. López

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