sábado, 24 de octubre de 2015

A las doce...

Siempre, siempre, ocupada
mientras las sombras se ciernen
en torno a ignotas ventanas
repetidas mil y un veces.

Y a las doce tres tareas
en la mañana insistente...

...

Se ha pasado la mañana
más deprisa que otras veces...
Es mañana del otoño
aún en sus tonos alegres...

Y a las doce yo cantaba
en algún lugar adrede
un Ángelus desde el alma...


A. López

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